La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos causadas por motivos culturales y otros carentes de fines médicos.

La mutilación genital femenina es reconocida internacionalmente como una violación de los “Derechos Humanos” y de los “Derechos de la Infancia” y una forma extrema de discriminación hacia la mujer.

Alrededor de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente, han sido objeto de mutilación en 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra la mayor parte de esta práctica, pudiéndose encontrar también, en todo el mundo en las comunidades de migrantes procedentes de esas zonas.

Se suele practicar, normalmente, en el periodo comprendido entre la lactancia y los 15 años. Es una manifestación de la violencia y la desigualdad de género, propios de cada etnia, no tanto de los países ni de la religión. Cada etnia argumenta una justificación.

 

La mutilación genital femenina se puede clasificar en 4 tipos:

  • Tipo I – Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris  y, en algunos casos, del prepucio.
  • Tipo II – Escisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
  • Tipo III – Infibulación: reducción de la abertura vaginal mediante una cobertura a modo de sello formada, cortando y volviendo a colocar los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris.
  • Tipo IV – Otros: todo otro procedimiento lesivo de los genitales femeninos realizado con fines no médicos, como pinchazos, perforaciones, incisiones, raspados o cauterizaciones de la zona genital.

Hasta el en el 90% de los casos , se tratan de tipo I y II.

 

Entre las consecuencias nos podemos encontrar:

  • De tipo obstétrico:  riesgo de parto prolongado, desgarros perineales, parto instrumental, hemorragia obstétrica y cesárea, y mayor morbimortalidad en general materna y del recién nacido (más frecuentes estas complicaciones en la mutilación de tipo III).
  • De tipo ginecológico: infecciones pélvicas, abscesos perineales y vulvares, dolores menstruales, hematocolpos, fístulas genito-urinarias.
  • En el campo sexual: Disminución de la sensibilidad sexual (placer, excitación, lubricación, orgasmo), ausencia de satisfacción y placer en las relaciones coitales, dispareunia, vaginismo, anorgasmia, miedo y rechazo.
  • También encontramos el dolor intenso durante la práctica y hemorragias que pueden llevar a anemia, shock e incluso la muerte, el riesgo de infecciones y enfermedades, ya que durante el ritual se suele usar el mismo objeto cortante para todas las niñas; infecciones urinarias de repetición, retención de orina o incontinencia.
  • De tipo psicológico: depresión, ansiedad crónica, fobias, pánico, TEPT, alteraciones psicóticas…

 

En nuestro trabajo debemos realizar una labor activa contra estas prácticas: detectando mujeres mutiladas y no menos importante, aquellas en peligro de mutilación, sobre todo niñas que viajan al país de origen.

 

*Imagen tomada del Protocolo para la Prevención y Actuación Sanitaria ante la Mutilación Genital Femenina en la Región de Murcia. Publicado por la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio Murciano de Salud.